Una larga fila de camiones provenientes de México bloqueó la frontera con Estados Unidos. Algunos camioneros yacían inmóviles en sus autos, otros asaban a la parrilla al borde de la carretera. Así se oponen a que aumenten los controles de seguridad para ir al país vecino.
El gobernador fronterizo de Texas, el republicano Greg Abbott, ordenó la semana pasada una mayor vigilancia en los puertos de entrada para combatir el tráfico y la trata de personas.
Esta nueva inspección integral, según medios locales, demora hasta 50 minutos por vehículo, lo que aumenta el tiempo que demoran los propietarios de los camiones en realizar sus entregas.
“Ayer hice un viaje de ida y vuelta de 17 horas, cuando normalmente tendría que trabajar tres horas”, me dijo Raymundo Galicia, un conductor mexicano que protestaba en el puente de Santa Teresa que conecta a San Jerónimo, Chihuahua. Reuters en Santa Teresa, Nuevo México.
“Estamos desesperados porque tenemos que esperar hasta las 3 de la tarde para entrar a Estados Unidos”, dijo el camionero Pedro González.